Las nuevas pasarelas nos están deleitando con la aparición de un nuevo hombre, entregado a un estilo proteico, infiel a sus principios si la osación lo requiere. Los clásicos de Luis Vuitton se mezclan con atrevidos jeans Marithé, gafas piloto adquiridas en cualquier tienda de segunda mano y una vieja corbata Mood sacada del baúl de los recuerdos del hermano mayor.
El gran escaparate de tendencias de dibuja cada vez más complejo. Mientras unos se mantienen estables en la confección de nuevas versiones del polo, otros rompen con todo y presentan colecciones desproporcionadas con los defectos como punto de atención. En el camino quedan los que quieren vender a toda costa, los inscontantes, los verdaderos reyes del comercio, que no del arte textil.
¿Lo próximo? Lo chino se convertirá en la estrategia de los grandes para competir con el gran dragón: Ojo por ojo...
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