8/1/08

Hello Lenin!!


Atención a Berlín y más en concreto a los “Ossy” que vuelven a poner la nota en tendencias musicales y, por ende, marcan la pauta de lo que en un año aproximadamente se llevará en España.

A pesar del frío al que nos tiene acostumbrados esta ciudad, los clubs siguen disputando por mantenernos calientes, pero como es habitual, tiene que vérselas con numerosos locales okupa y algún kiosk que otro. Para los de la altas esferas, siempre quedarán los bares musicales, que no están mal, pero que son un poco más de lo mismo que podemos ver en tierras españolas.

En lo que a estilos musicales se refiere, el minimal se ha quedado para las discotecas de ambiente que, todo hay que decirlo, no pueden luchar contra la masa extranjera que llega a la capital en busca de fiesta y gente rara. Al lado del ya conocidísimo Panorama Bar –el matadero de reses convertido en uno de los mejores clubs que se pueden disfrutar ahora en Europa–, se lleva la palma el Bergain, una fábrica si cabe más cutre que el anterior y con una iluminación única que nos ha puesto los vellos de punta. Allí atendimos a una música que no habíamos escuchado antes. Algunos la tachan de lenta, pero en realidad es otra versión del mínimal que se crea a través de “gotas” musicales formando un ritmo arrollador. Los últimos coletazos del ”menos es más” prometen uno o dos años más de fiestas.

Pero todo esto no es nuevo. Lo paradójico está en lo que vimos en Berlín del Este, donde los treintañeros van a casas okupas a escuchar la música de los 80 más electrónica que nunca. Los productores de música están atendiendo al new wave, el italo y otros estilos de la década y la cosa promete. De hecho, pensamos que para dentro de dos años estará implantado en los locales más cool de las capitales culturales de Europa.

Y como no se sabe quién fue antes, el huevo o la gallina, pues lo mismo nos pasa con la moda. No sabemos si por arte de la música o por lo que imponen los diseñadores más asentados, el look de la movida madrileña está ya en las calles de Berlín. No se trata de exageraciones, sino más bien de una apuesta clara por los vaqueros de cintura alta, cinturón naif imprescindible, camisetas de licra ajustadas –si puede ser del mismo color que el pantalón, para que el cinturón destaque–, y el resto lo impone la persona, pero no hemos visto muchos accesorios.

En ellos, todo vale pero los más progres imponen la barba larga y poco cuidada, nada nuevo en vaqueros y camisetas de algodón blancas o negras, con tirantes o sin tirantes… y alguna pajarita que otra.

Para los más unisexs, además de las zapatillas deportivas de rigor, hemos visto un look bastante repetido: gorra de béisbol y camiseta con capucha por montera.

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